jueves, 3 de mayo de 2018

566. DeLillo.

- Cuando la tecnología alcanza cierto nivel, la gente comienza a adquirir conciencia criminal -dijo-. Alguien anda tras nuestra pista, quién sabe si los ordenadores. La policía mecanizada, acaso. No hay modo de librase de la investigación. Toda la información relativa a tu persona y a tu existencia se ha recogido o está siendo recogida. Bancos, compañía de seguros, organizaciones financieras, organismos fiscales, oficinas de pasaportes, servicios de información, agencias de policía, investigadores... Es algo parecido a lo que decías. Las máquinas nos hace vulnerables. Si imprimen un informe en el que somos culpables, somos culpables. Pero aún va más allá, ¿no es cierto? Es su presencia, el mismo hecho de que existan, la superabundancia  de tecnología, lo que nos hace pensar que delinquimos. Tan sólo el hecho de que tales cosas puedan existir a un nivel extendido. Los procesadores, los escáneres, los clasificadores. Basta y sobra para hacernos sentir como unos criminales. Qué capacidad tan enorme. Qué programas tan complejos. Y sin que nadie nos lo explique.

Don DeLillo - Fascinación.

jueves, 15 de febrero de 2018

565. Kadaré.

El tormento derivado de la ausencia de testimonio nos recuerda la crónica de las guerras entre los hititas y los hurritas, poco anteriores a los griegos, cuando el principal problema de los ejércitos que partían con intención de enfrentarse no era la propia guerra sino encontrar al ejército enemigo en el desierto. Tal  como se sospechaba, diversos ejércitos, tras no conseguir dar con el contrincante, regresaban y se inventaban una guerra no librada, y por supuesto, una victoria inexistente.

Isamail Kadaré - La Cólera de Aquiles.