No era necesario tener miedo, lo necesario era actuar: cualquier acción, por amagar que resultase, podía convertirse en felicidad, mientras que la nada se queda siempre en la nada.
Carbonero.
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Negro de cabeza a la cintura
El jean lleno de carbonilla
Se acerca al semi lleno de bultos
Apilados uno encima del otro
En una sucesión fínita de carbón.
Su ...