jueves, 3 de mayo de 2018

566. DeLillo.

- Cuando la tecnología alcanza cierto nivel, la gente comienza a adquirir conciencia criminal -dijo-. Alguien anda tras nuestra pista, quién sabe si los ordenadores. La policía mecanizada, acaso. No hay modo de librase de la investigación. Toda la información relativa a tu persona y a tu existencia se ha recogido o está siendo recogida. Bancos, compañía de seguros, organizaciones financieras, organismos fiscales, oficinas de pasaportes, servicios de información, agencias de policía, investigadores... Es algo parecido a lo que decías. Las máquinas nos hace vulnerables. Si imprimen un informe en el que somos culpables, somos culpables. Pero aún va más allá, ¿no es cierto? Es su presencia, el mismo hecho de que existan, la superabundancia  de tecnología, lo que nos hace pensar que delinquimos. Tan sólo el hecho de que tales cosas puedan existir a un nivel extendido. Los procesadores, los escáneres, los clasificadores. Basta y sobra para hacernos sentir como unos criminales. Qué capacidad tan enorme. Qué programas tan complejos. Y sin que nadie nos lo explique.

Don DeLillo - Fascinación.

3 comentarios:

g. dijo...

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Subrayado: Las máquinas nos hace vulnerables.
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Remarcado: Cuando la tecnología alcanza cierto nivel, la gente comienza a adquirir conciencia criminal.
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Es mi primer libro de Don DeLillo y voy por la página 192 de 366; así que no tengo mucho para basarme; pero en el New York Times dijo algo alguna de vez de qué este tipo retrata a una Ámerica obsesionada por las mass-media y la tecnología. Bla bla.
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El libro de es 1978, by the way. Igual habla de micrófonos, creo; y la novela es algo así como un thriller.
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Diría que es un Faux-Thriller. Faux, porque digamos que el autor tiene pretensiones literarias, thriller porque está basado el relato en ese género; hay espías y espías de espías (aunque no doble espías); hay algo que están buscando (una film erótico grabado en el Führerbunker cuando los rusos estaban ahí de entrar a Berlin). Faux, porque por el momento no tiene pretensiones de atar todos los cabos; quizás eso lo distancie de un Best-Seller.
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Además, en mi experiencia, con un Best-Seller se aprente de muchas cosas; quizá la prosa sea chata, pero para compensar eso te llenan de mil millón datos que son chequeados y re-chequeados; porque eso, al parecer, es algo importante en un Best-Seller (como género en sí mismo).
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Pero, voy por la mitad del libro, en varios momentos estuve pensando: Qué tal si no es un Faux-Thriller; qué tal si DeLillo quiso escribir un thriller y le salió esto (que está bueno, eh). Llegado al caso, es sólo su segundo libro publicado, tal vez todavía no sabía a dónde iba su carrera, y pensaba que escribir Best-Seller era su destino como, qué sé yo, John D. Macdonald.
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Pero bueno, un Faux-Thriller es un aparato profundamente literario, desde el punto de vista que es algo así como una macana de un género; entonces, siendo alguien importante de letras te podés reír de eso. Aunque también, digamos, era 1978 y en esa época todos estaban paranoicos, porque USA era un lugar bastante así, según lo que se cuenta.
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O sea, ya ni siquiera estamos en los sesentas, ese globo se pinchó; son los finales de los setentas, perdieron una guerra, presidentes y el respeto por las instituciones y están a un paso de los glamorosos ochentas y Wall Street.
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Este libro es como Pynchon, pero con lógica. Porque parece seguir una línea, mientras Pynchon es totalmente dicharachero; aunque creo que los dos son postmodernos.
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Faux-Comentario puesto que inventé Faux-Thriller y cómo me gusta repetirlo.
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Gustavo Pereyra dijo...

fauxthriller es un gran nickname para un gamer tercermundista. Te regalo el personaje (?)

Otra cosa: loco, mi feedly tiene telarañas! Esto lo encontré de casualidad. Para cuando un tuiter, un ínstagram, o alguna otra de esas RRSS millennials?

S. dijo...

Hace mucho que no hay un nuevo post!
Saludos,
S.