viernes, 30 de octubre de 2009

CCXXX. Bakunin.

Siendo dios todo, el mundo real y el hombre no son nada.

Míjail Bakunin - Dios y el Estado.

miércoles, 28 de octubre de 2009

CCXXIX. Güiraldes.

Pago es patrica chica, y, por más que nos independicemos, nos queda metidas dentro cuñas de goce o de dolor, ya hechas carne con el tiempo.

Ricardo Güiraldes - Don Segundo Sombra.

lunes, 26 de octubre de 2009

CCXXVIII. Piglia.

Hay que pensar en contra de sí mismo y vivir en tercera persona.

Ricardo Piglia - Respiración Artificial.

sábado, 24 de octubre de 2009

CCXXVII. Sartre.

Ser libre. Ser causa de sí, podre decir: soy porque lo quiero; ser mi propio comienzo.

Jean-Paul Sartre - Los caminos de la libertad I, La edad de la razón.

jueves, 22 de octubre de 2009

CCXXVI. Mankell.

Le parecía inconcebible que el trabajo policial no se rigiese siempre según unos principios racionales y morales incuestionables.

Henning Mankell - Los perros de Riga.

martes, 20 de octubre de 2009

CCXXV. Kafka.

Mi principio fundamental es éste: la culpa es siempre indudable.


Franz Kafka - La Colonia Penitenciaria.

domingo, 18 de octubre de 2009

CCXXIV. Chandler.

- Es usted el animal más insensible que he conocido, Marlowe. ¿O puedo llamarle Phil?
- Claro.
- Usted puede llamarme Vivian.
- Gracias, Mrs. Regan.
- ¡Vayase al diablo, Marlowe!

Raymond Chandler - El sueño eterno.

viernes, 16 de octubre de 2009

CCXXIII. Piglia.

La literatura es una forma privada de utopía.

Ricardo Piglia - Prisión perpetua.

miércoles, 14 de octubre de 2009

CCXXII. Levrero.

- Acuérdese, joven: hay dos infinitos - dijo, subrayando cada concepto con un enérgico movimiento del índice izquierdo, como dirigiendo una orquesta -; infinito muy grande, infinito muy pequeño, usted en el medio; y dentro suyo, otros infinitos. Cada átomo cuerpo, pequeño planeta. No desalentar por cosas que pasan; vida continúa. Vida igual a mosquita curiosa, revolotea todos lados y mete nariz en todo. A veces mosquieta cae en telaraá. Eso bueno. Naturaleza. Ley. No bueno caer en telaraña propia.

Mario Levrero - Dejen todo en mis manos.

lunes, 12 de octubre de 2009

CCXXI. Hernández.

Estaba como de moda esta forma de reflexión: "¿Qué quieres que sea tal individuo si hace tal cosa?".  Aquel momento o desilusión frente a Colling casi equivalía a decir: "El hombre que dice semejante vulgaridad, no puede ser un crítico de arte".  "Si su frase es tan vulgar, su arte también lo debe ser".  Es posible que en muchos casos acertara -y que éste fuera uno de ellos-; pero con seguridad que era una forma hecha del pensamiento, que podía dar lugar a errores crueles y que inhibía para seguir pensando u observando con respecto a una persona; y además, una de las verdades más visibles era que en un mismo individuo pudieran encontrarse las cosas más contradictorias.

Felisberto Hernández - "Por los tiempos de Clemente Colling".

sábado, 10 de octubre de 2009

CCXX. Guimarães Rosa.

Pero el demonio no existe real. Dios es quien deja que el instrumento se afine a voluntad, hasta que llegue a hora de bailar.

João Guimarães Rosa - Gran Sertón: Veredas.

jueves, 8 de octubre de 2009

CCXIX. Broch.

El César tenía la obsesión de la gloria, siempre hablaba de la gloria, aspiraba a la gloria y por eso no se le podía decir -a él naturalmente aún menos que a Lucio- que la gloria, aunque sobreviva a la muerte, no elimina nunca la muerte, que el camino de la gloria es terreno, en el más acá, ignaro, un cambio de la apariencia, de la inversión y de la ebriedad, un camino de perdición:
- La gloria es un don de los dioses, pero no es el objetivo de la poesía; solamente los malos poetas la estiman como meta.

Hermann Broch - La muerte de Virgilio.

martes, 6 de octubre de 2009

CCXVIII. Chaucer.

“(…) porque, cuando has terminado de trabajar y has hecho todas tus cuentas, en lugar de descansar o buscar cosas nuevas, regresas inmediatamente a casa y, mudo como una piedra, te sientas ante otro libro hasta que se te nubla la vista (…)”

Geoffrey Chaucer - El parlamento de las aves y otras visiones del sueño ("La casa de la fama")

domingo, 4 de octubre de 2009

CCXVII. Cortázar.

En sus horas de lectura, que se cumplían entre la una y las cinco de la madrugada, pero no todas las noches, había llegado a la desconcertante conclusión de que el silbido no era un tema sobresaliente en la literatura. Pocos autores hacían silbar a sus personajes. Prácticamente ninguno. Los condenaban a un repertorio bastante monótono de elocuciones (decir, conestar, cantar, gritar, balbucear, bisbisar, profesiri, susurrar, exclamar y declamar) pero ninún héroe o herína coronaba jamás un gran momento de sus epopeyas con un real silbido de esos que rajan los vidrios.

Julio Cortázar - Rayuela.

viernes, 2 de octubre de 2009

CCXVI. Roth.

Entonces recordó algo que ella había escrito en sexto o séptimo curso, antes de que fuese al instituto de Morristown. A sus compañeros de clase en la escuela Montessori les hicieron diez preguntas sobre su «filosofía», una por semana. La primera semana la maestra les preguntó: «¿Por qué estamos aquí abajo?». En lugar de responder como los demás niños que estamos aquí para hacer el bien, para convertir el mundo en un lugar mejor, etcétera, Merry respondió con su propio interrogante: «¿Por qué hay monos aquí abajo?». Pero la maestra consideró inadecuada esta respuesta y le pidió que, en casa, reflexionara más seriamente sobre el particular. «Desarrolla el tema», le pidió. Merry se fue a casa, hizo lo que le pedían y al día siguiente entregó otra frase: «¿Por qué hay canguros aqui abajo?». Ésa fue la primera ocasión en que uno de sus maestros informó a Merry acerca de su «testarudez». La última pregunta formulada a la clase era «¿Qué es la vida?», y Merry respondió algo que hizo reír a sus padres aquella noche. Según la niña, mientras su compañeros se esforzaban por expresar unos pensamientos falsamente profundos, ella, tras pensar una hora en su pupitre, escribió una sola frase nada trivial: «La vida no es más que un breve periodo de tiempo durante el que una está viva».

Philip Roth - Pastoral Americana.