jueves, 8 de octubre de 2009

CCXIX. Broch.

El César tenía la obsesión de la gloria, siempre hablaba de la gloria, aspiraba a la gloria y por eso no se le podía decir -a él naturalmente aún menos que a Lucio- que la gloria, aunque sobreviva a la muerte, no elimina nunca la muerte, que el camino de la gloria es terreno, en el más acá, ignaro, un cambio de la apariencia, de la inversión y de la ebriedad, un camino de perdición:
- La gloria es un don de los dioses, pero no es el objetivo de la poesía; solamente los malos poetas la estiman como meta.

Hermann Broch - La muerte de Virgilio.

4 comentarios:

g. dijo...

Estuve a segundos de poner la cita, que releyéndola, creo que resume el "sentir" de la novela.
Leyendo esa cita, pensé que hasta podría escribirme un tratado sobre esa novela (Que no lo voy a hacer, tal vez sí para "Esto no lo dije yo").

En el final, les digo, Virgilio muere, como Pablo Castel mató a la muchacha y está preso y el personaje de "Auto de Fe" quema su biblioteca.
¿Importa saber esto?

La muerte de Virgilio vale la pena, es una muy buena novela, compleja, espesa, con capas, que levita, pero que vale todo lo que te hace sufrir.
Lo que no vale la pena es sufrir lo que yo estaba sufriendo mientras le leía, pero eso ya no importa; todo al final siempre sale bien, ¿No?

l dijo...

Yo te amo.

(Lero, lero.)

Terapia de piso dijo...

Una pretensión aspirar la gloria.

Saludos, G.

José Roberto Coppola

Anónimo dijo...

Curiosamente gloria es también un fenómeno óptico. Y se me ocurre que más allá de la física, hay mucho de ilusorio en ella.

Saluditos