¡EL TONTO DE RAFAEL!
(Autorretrato)
Por las calles: ¿Quién aquel?
- ¡El tonto de Rafael!
Tonto llovido del cielo,
¡del limbo!, sin un ochavo.
Mal pollito colipavo,
sin plumas, digo, sin pelo.
¡Pío-pic!, pica al vuelo
picos le pican a él.
- ¿quién aquél?
- ¡El tonto de Rafael!
Tan campante, sin cartera,
no imperial, sí tomatero.
Grillo tomatero, pero
sin tomate en la grillera.
Canario de la fresquera,
no de alcoba o mirabel.
- ¿Quién aquél?
- ¡El tonto de Rafael!
Tontaina, tonto del higo,
rodando por las esquinas
bolas , bolindres, pamplinas
y pimientos que no digo.
Más que nunca falta un amigo
que le mendigue un clavel.
- ¿Quién aquél?
- ¡El tonto de Rafael!
Patos con gafas, en fila,
lo raptarán tontamente
en la berlina inconciente
de San Jinojito el lila.
¿Qué run-rún, qué retahila
sube el crétino eco fiel?
¡Oh, oh! ¡Pero si es aquél
el tonto de Rafael!
Rafael Alberti - El Alba del Alhelí.
La Partida
-
La novela, de título *La Partida*, era la historia de unos cinco días de
Gregorio Astley, un hombre de cuarenta años, viviendo de las regalías de su
prime...
Hace 9 años
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1 comentario:
Arte menor.
Ocho sílabas.
Estribillo.
a-a-b-c-c-b-b-a; Creo que es así la forma de las rimas, donde el primer par de a es por el estribillo, y lo demás la estrofa de seis versos.
¿Lo que a mí me gusta del poema? ¿Lo que me hizo copiarlo del lugar de la red que lo encontré? Me gustan las onomatopeyas como ser "¡Pío-pic!" ¿por algo más además de ser un ruido? Sí, porque el tilde del ruido, rompe el diptongo y genera el octosílabo.
Otro más de la generación del '27, y van... ¿5?
(Un pequeño regalito a quien en este momento está lejos, aunque no tengo idea si le gusta este poeta).
Otra cosa:
- ¿Quién bobón?
- ¡El tonto de Gastón!
Yo, toda mi vida, me perdí entre Alberti y Alberdi. Nunca supe cuál era cuál, si el poeta era tal calle o esa calle era el patriota. Sí sé que los dos eran escritores, pero uno era poeta y el otro era el de las Bases. Pero cuál era cuál, y dónde estaba cada calle.
En mi despiste he mandado a personas a Alberti cuando las debía mandar a Alberdi. Y así fue cómo la vida hizo que alguna vez, creyendo que Alberdi era el poeta le haya comprado a alguien Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la República Argentina. Pero si no es poesía eso, qué lo es.
Y así termino mi historia tonta del día, cuánto de verdad y cuanto de mentira, sólo nos resta el día, en que yo sobreviva, a mi super santa tontería.
Supongo que alguien se va a poner algo orgullosa que yo sepa cada día un poco más de poesía, porque ahora poseo conceptos que antes no tenía (Como esta rima consontante ¿?).
¡Uh, ah! ¡ Pero si es mayor bastón
el tonto de Gastón!
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