miércoles, 26 de junio de 2013

DLIII. Sánchez.

Rescindir el contrato perverso de las cartas. La correspondencia se funda en un malentendido. Al leer, el presente falso de las cartas convertido en historias, como el pasado, por el tiempo de la postergación. ¿En qué tiempo transcurre lo que se cuenta en las cartas? La lectura, un ejercicio imposible. Al responder, el contrato vuelve a ponerse en marcha. La única salida es construir una historia desde el primer momento con deliberación absoluta.

Matilde Sánchez - La Ingratitud.

1 comentario:

g. dijo...

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Si tuviera que definir la novela en tres palabras, estas serían:
* Padre.
* Ciudad.
* Idioma.
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Es lo que voy a decir de la novela. Recuerdo que me costó leerla, que me pareció rara (rara es un término que uso mucho para la literatura argentina, no es un valor en sí, hay novelas raras geniales y raras malísimas).
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Recuerdo que fue entretenida. Estaba bien. Estaban en Berlín, antes del muro y la bola. No había alemanes, en la novela.
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ahora sí, listo.
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