martes, 16 de noviembre de 2010

CDXXXII. Bradbury.

- Mejor que bien, perfecto -Granger se volvió hacia el reverendo.- ¿Tenemos un libro del Eclesiastés?
- Uno. Un hombre llamado Harris, en Yougstown.
- Montag -Granger tomó firmemente el hombro de Montag.- Camine con cuidado. Cuide su salud. Si algo le ocurre a Harris, usted será el Eclesiastés. ¡Avierta qué importancia ha adquirido usted en este último minuto!
- ¡Pero me he olvidado!
- No, nada se pierde. Tenemos métodos para sacarle lo que sea.
- ¡Pero he tratado ya de recordar!
- No trata. Saldrá a la luz cuando sea necesario. Todos tenemos una memoria fotográfica, pero nos pasamos la vida aprendiendo a olvidar. Simmons, aquí presente, se ha ocupado del asunto durante más de veinte años. Con la ayuda de su método podemos acordarnos de cualquier cosa que hayamos leído una vez. ¿le gustaría, Montag, leer algún dia La República de Platón?
- ¡Por supuesto!
- Yo soy La República de Platón ¿le gustaría leer a Marco Aurelio? El señor Simmons es Marco Aurelio.
- ¿Cómo está usted? -dijo el señor Simmons.
- Hola -dijo Montag.
- Quiero presentarle también a Jonathan Swift, autor de ese maravilloso libro político, ¡Los Viajes de Gulliver! Y este otro señor es Charles Darwin, y este otro es Schopenhauer, y éste es Einstein, y éste que está a mi lado el señor Albert Schwitzer, un filósofo muy amable por cieto. Aquí estamos todos, Montag. Aristófanes y Mahatma Gandhi y Gautama Buda, y Confucio y Thomas Love Peacock y Thomas Jefferson y el señor Abraham Lincoln, si gusta. Somos también Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Todos rieron calladamente.
- No puede ser -dijo Montag.
- Es -replicó Granger con una sonrisa-. Somos quemadores de libros también. Los leemos y los quemamos, temiendo que los descubran. Los microfilms no sirven. Viajamos contiunamente. Tendríamos que enterrar las películas y volver a buscarlas. Y siempre podrían sorprendernos. Mejor guardar los libros en las viejas cabezotas, donde nadie puede verlos o sospechar su existencia. Somos trozos de fragmentos de historia, y literatura, y derecho internacional, y Byron, Tom Paine, Maquiavelo o Cristo. Es tarde. Y la guerra ha comenzado. Y estamos aquí, y la ciudad está allí, envuelta en su viaje túnica de mil colores. ¿Qué piensa usted, Montag?

Ray Bradbury - Fahrenheit 451.

5 comentarios:

g. dijo...

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Libros leídos:
- Crónicas marcianas,
- Las doradas manzanas del sol,
- Fahrenheit 451,
- Cementerio para lunáticos.

A por leer:
- El país de octubre.
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Se me hizo algo larga la cita, pero me parece que acá está todo lo necesario para resumir la gran idea del libro. Aquí esta todo, la quema, los que recuerdan los libros, la idea, el poder de las ideas, el poder de la palabra escrita.
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Quizá hoy ya no tenga algún fundamento, creo que hoy no habría que quemar las ideas, sino llenar de ideas (malas, mentirosas, basura) el ambiente. En vez de intentar dejar de pensar intentar de pensar mal, o pensar como a nosotros nos convenga.
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Porque vivimos en una época donde tenemos casi toda la información sin movernos, todo es como más fácil. Pones la palabra que no sabés el significado en rae.es y te lo tira, quizá perdamos el abcdario. Quizá cosas iremos perdiendo.
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Hoy creo que tenemos que tener más cuidado en las ideas que nos llegan. Antes, con la busqueda más ardua, había un filtro más grande. Hoy no. Hoy es más fácil. Hoy estoy redundante.
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G. era mi mayor Bradbury. Le encantaban los cuentos en una época y había leído casi todo lo que tenía en su casa de este autor.
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Cuando me separé de mi primera novia tenía una étapa Bradbury, tenía varios libros de él por ahí. Los intenté leer pero no habían sido el remedio que yo necesitaba, este había sido otro. Y también me lo dio G.: Soy Leyenda. Quizá por eso nunca terminé de leer todos los cuentos de Crónicas Marcianas, porque estaba con la mente en otra cosa. Vaya uno a saber.
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Esta novela llegó en un gran momento, me la leí en un ratito, recuerdo. Salió de la mochila de mi hermano, porque se la había encargado a él. Es de esa hermosa vieja colección de Minotauro (Creo que cuando todavía era independiente y argentina), tenía un fondo editorial de puta madre, esa editorial.
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Me acuerdo que leí otro en la playa, bajo una sombrilla, totalmente asombrado.
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Que termine la cita en pregunta es más que nada una pregunta al lector, es deliberado, es: ¿Qué piensa usted, lector?; se da cuenta, usted, lector, me tiene que responder. A usted lo persiguen y usted tiene algún libro en la cabeza que recuerda casi en su totalidad, puede ser importante o no; pero usted, lector, es un arma. Usted piensa, espero que piense, usted es el futuro. ¿Qué piensa usted, lector?
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Luna dijo...

"Un libro en manos de un vecino es como un arma cargada"

Me quedé pensando en quien sería yo, qué autor. Creo que tengo más de una opción.

Besos

Javier dijo...

La primera vez que tuve contacto con algo de Bradbury fue a través de un audiolibro de la BBC con una versión abreviada de esta novela. Nunca me voy a olvidar de la energía del actor que hacía de jefe en la parte en que va a visitar a Montag a su casa para preguntale cómo se encuentra, ya sospechando de lo que estaba pasando. Siempre me pareció que el inglés suena mejor que el castellano para muchas cosas, especialmente para la ironía.

Un abrazo,

Celeste dijo...

Excelente cita.

Clara dijo...

Me ha encantado y me ha hecho viajar a como léi la prímera vez a Bradbury...me sigue dejando noqueada el parrafo.Lo siento,no puedo decidir que libro soy,me pasa cómo con los juguetes de pequeña.
Bs