La creciente tiene, como todos los atropellos de la naturaleza, un espíritu de venganza y parecer complacerse en destrozar las pacientes construcciones de los humanos.
--- De los últimos libros (novelas o cuentos) argentinos que leí, los que más me gustaron fueron, casualidad o no, libros viejos, de más de cincuenta años, en algún caso. --- La Nueva (o Nueva nueva) literatura argentina todavía no me ofreció nada que me haya abierto los ojos tanto como lo ha hecho la Vieja (o bien vieja) literatura argentina. --- Como el caso de Daniel Moyano, o del mismo Wernicke. --- Este libro es genial, es lento, se mueve como en olas. Por momentos está la lenta calma de la prosa y en otros el relato se pone picado y suceden acontecimientos casi por el peso mismo de ellos mismos. --- El taller donde trabaja y lo asisten dos hermanos, nietos de un viejo pescador, es el escenario ideal para lo que pasa en la ribera, es como que nada puede suceder allí, pero la gente trabaja, toma mate y vive. Como en las márgenes de los ríos, que parece haber nada, pero está toda la vida resumida. A su vez está el bar donde se emborrachan. Hay misterios en forma de zona y vueltas a la ciudad, que se trasforma en un caos. La otra vida del personaje lo llama desde la ciudad y él parece esconderse de esta, por elección, por fracaso, en las márgenes del río, haciendo soldados de plomo a pedido. Pero la vida siempre vuelve, porque como dice en algún momento de la novela: "El error más tonto que puede cometer un hombre es inventarse una vida (...)". --- Es genial la novela, lenta, pero precisa y bien enmarcada en una época, donde el país estaba cambiando; pero todavía no lo había hecho aún. Todavía era el país pre-peronista, aunque anda flotando por ahí. Hay política en muchos tramos del libro, hasta llegan a meterlo preso al personaje principal. Preso político. --- Por supuesto, todo lo que estoy poniendo es más bien fraccionado, casi como pedazos de un cristal roto en el piso, pero esta novela es muy buena, y yo la recomiendo ampliamente, más que muchas novelas cortas actuales que con el paso del tiempo van a perder la actualidad y creo que muchas van a ser olvidadas. Esta, al parecer, lo ha sido, pero tiene que volver a emerger porque es genial. --- La Ribera de Enrique Wernicke. ---
La Partida
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La novela, de título *La Partida*, era la historia de unos cinco días de
Gregorio Astley, un hombre de cuarenta años, viviendo de las regalías de su
prime...
1 comentario:
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De los últimos libros (novelas o cuentos) argentinos que leí, los que más me gustaron fueron, casualidad o no, libros viejos, de más de cincuenta años, en algún caso.
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La Nueva (o Nueva nueva) literatura argentina todavía no me ofreció nada que me haya abierto los ojos tanto como lo ha hecho la Vieja (o bien vieja) literatura argentina.
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Como el caso de Daniel Moyano, o del mismo Wernicke.
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Este libro es genial, es lento, se mueve como en olas. Por momentos está la lenta calma de la prosa y en otros el relato se pone picado y suceden acontecimientos casi por el peso mismo de ellos mismos.
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El taller donde trabaja y lo asisten dos hermanos, nietos de un viejo pescador, es el escenario ideal para lo que pasa en la ribera, es como que nada puede suceder allí, pero la gente trabaja, toma mate y vive. Como en las márgenes de los ríos, que parece haber nada, pero está toda la vida resumida. A su vez está el bar donde se emborrachan. Hay misterios en forma de zona y vueltas a la ciudad, que se trasforma en un caos. La otra vida del personaje lo llama desde la ciudad y él parece esconderse de esta, por elección, por fracaso, en las márgenes del río, haciendo soldados de plomo a pedido. Pero la vida siempre vuelve, porque como dice en algún momento de la novela: "El error más tonto que puede cometer un hombre es inventarse una vida (...)".
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Es genial la novela, lenta, pero precisa y bien enmarcada en una época, donde el país estaba cambiando; pero todavía no lo había hecho aún. Todavía era el país pre-peronista, aunque anda flotando por ahí. Hay política en muchos tramos del libro, hasta llegan a meterlo preso al personaje principal. Preso político.
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Por supuesto, todo lo que estoy poniendo es más bien fraccionado, casi como pedazos de un cristal roto en el piso, pero esta novela es muy buena, y yo la recomiendo ampliamente, más que muchas novelas cortas actuales que con el paso del tiempo van a perder la actualidad y creo que muchas van a ser olvidadas. Esta, al parecer, lo ha sido, pero tiene que volver a emerger porque es genial.
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La Ribera de Enrique Wernicke.
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