viernes, 20 de febrero de 2009

CIX. Onetti.

Creyó que el prostibulo que Barthé ofrecía - no a él ni a la Tona, a la humanidad - y se dedicó a organizarlo, a proyectar la distribución de los muebles y la psicólogia, las edades, los antecedentes, raciales de las mujeres que tendría que contratar. Consiguió un empleo en la administración de El Liberal y estuvo, sistemáticamente, sin placer, conociendo el pueblo y sus habitantes, prodigando a los hombres la torcida sonrisa de su juventud, buscando clientes para el futuro hipotético y esforzándose por descrubrir qué clima, qué trato, qué tarifa, qué estatura de mujer preferían.

Juan Carlos Onetti - Juntacadáveres.

9 comentarios:

g. dijo...

Onetti será otra de mis obsesiones narrativas, cada vez estoy más seguro de ello.
Vendrá un escalón por debajo JJ Saer.

Y el prostibulo de Larssen es su momento de gloria en el tríptico de Santa María:

La Vida Breve.
Juntacadáveres.
El Astillero.

Hoy no hay mucho que decir.
Tengo ideas sobre qué decir, pero sueño al decir.

Cansado me retiro.

Luna dijo...

Lo que se dice un buen estudio de mercado. O es la creación de un mundo ideal, una utopía?

Besos

eMiLiA dijo...

En mis vacaciones estuve así (gesto de dedos pulgar e índice casi tocándose) de comprarme un libro de Onetti, pero como iba medio a ciegas y nadie me había recomendado nada, no supe por dónde arrancar.
Así que ahí quedó don Onetti, en su estante correspondiente.

YA llegará a mis manos...


Un besoo

:)

Eclipse dijo...

mi cadena de asociación libre: ya sabés... juntacadáveres, por la mitad (es un decir, apenas empezado), me recuerda a mar del plata, el viaje, diseño, mi profesión, la investigación, la cita. sí, Larssen sería un buen comunicador o agente de marketing, como dice luna, auqnue sospecho que ese personaje me atrae por alguna otra cuestión.
queda mendiente la saga de Santa María. voy a conseguir La vida breve

SABRINA FISCHBERG dijo...

Me dio un poco de escalofrios. Sobre todo el final, con eso de qué estatura de mujer preferían. Yo siempre me quedo fuera de los estándares q el mercado y la publicidad y etc. proponen, por no llegar al metro y medio.

Pero bueno, no me importa. Por las dudas, igual no quisiera cruzarme con ese hombre especulador.

Besotones G!

{ maría } dijo...

amo onetti

{ maría } dijo...

a mi me gusta mucho Los adioses y El pozo. Los dos cuentos en un mismo libro, te parten la cabeza.
te dejo un pedazo:
J.C. Onetti
1940:"Hay sólo un camino. El que hubo siempre. Que el creador de verdad tenga la fuerza de vivir solitario y mire dentro suyo. Que comprenda que no tenemos huellas para seguir.
Fragmentos de Los Adioses:
"soberbia y mendicante, inclinada hacia el brazo que sostenía la valija, no paciente, sino desprovista de la comprención de la paciencia, con los ojos bajos, generando con su sonrisa el apetito suficiente para seguir viviendo, para contar a ualquiera, con un parpadeo, con un movimiento de cabeza, que esta desgracia no importaba,que las desgracias solo servían para marcar fechas, para separar y hacer inteligibles los principios y finales de las numerosas vidas que atravesamos y existimos"
"descubriendo que nada permanece ni se repite"

{ maría } dijo...

amo a Onetti. me comí la a

{ maría } dijo...

Más: POR ESTA NOCHE
"A los pocos pasos dentro del calor Ossorio estuvo
frente a una mujer, casi tocándole el vientre.
La mujer siguiómirándolo, derecha junto a él,
y acercaba las puntas de los dedos a una
sonrisa tímida.(...)

(...)después mantuvo sos ojos en la boca abierta de la mujer, la boca que el miedo hacía colgar y agitaba con un gesto inexplicable, como si él la retorciera a fuerza de caricias. "y todo así-pensó-, nada más que con mover desde lejos un poquito la cabeza."(...)
(...)La dejó acercarse hasta que casi se tocaron y entonces la miró estirando los labios, sintiendo elroce del bigote contra la naríz, mirando con furia lo único que tenía ella para mirar, una cara redonda y asustada, totalmente una cara de mujer, con la sonrosada punta de la lengua apoyada en el borde delos dientes, los ojos estirados colocando en él una mirada de niño.(...)