viernes, 8 de octubre de 2010

CDXIII. Castellanos.

ENTREVISTA DE PRENSA

Pregunta el reportero, con la sagacidad
que le da la destreza de su oficio:
- ¿Por qué y para qué escribe?

- Pero, señor, es obvio. Porque alguien
(cuando yo era pequeña)
dijo que gente como yo, no existe.
Porque su cuerpo no proyecta sombra,
porque no arroja peso en la balanza,
porque su nombre es de los que se olvida.
Y entonces... Pero no, no es tan sencillo.

Escribo porque yo, un día, adolescente,
me incliné ante un espejo y no había nadie.
¿Se da cuenta? El vacio. Y junto a mí los otros
chorreaban importancia.

No, no era envidia. Era algo más grave. Era otra cosa.
¿Comprende usted? Las únicas pasiones
lícitas a esa edad son metafísicas.
No me malinterprete.

Y luego, ya madura, descubrí
que la palabra tiene una virtud:
si es exacta es letal
como lo es un guante envenenado.

¿Quiere pasar a ver mi mausoleo?
¿Le gusta este cadáver? Pero si es nada más
una amistad inocua.
Y ésta simpatía que no cuajó y aquél
no es más que un feto. Un feto.

No me pregunte más. ¿Su clasificación?
En la tarjeta dice amor, felicidad,
lo que sea. No importa.
Nunca fue viable. Un feto en su frasco de alochol.
Es decir, un poema
del libro del que usted hará un elogio.

Rosario Castellanos - Meditación en el Umbral.

4 comentarios:

g. dijo...

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Este fue el primer poema que leímos en el taller de esta poeta mexicana.
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Me gustaron mucho los poemas de esta mujer, además me pareció interesante su biografia. Su muerte es en extremo tonta, e interesante.
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Había otros más, pero este, tiene el encanto de ser el primero.
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Además en la wiki está citado un extracto de este poema.
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Tiene momentos muy buenos.
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No tengo más tiempo.
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Terapia de piso dijo...

Es cierto la palabra correcta en el momento justo es fulminante.

Saludos, G.

José Roberto Coppola

Georgia SinClaire dijo...

uy que buenooo..

(Voy a seguir chusmeando este blog)

Saludos.

Eclipse dijo...

es genial, cité hace poco una parte de este poema.
quizás tiene para vos lo que tuvo para mí el otro suyo que para mí fue el primero.

la recomendación fue completamente acertada.

además, en con este poema, me siento tan identificada. es genial.

lo de la muerte... por tonta me parece injusta. la vida también fue un poco sin demasiadas penas ni glorias, más allá de una pequeña depresión de la que se curó y un amorío epistolar.

pero así deberían morir los grandes, también, no en el olvido, sino en la simpleza de lo vivido.