jueves, 16 de diciembre de 2010

CDXLII. Levrero.

No había dormido mucho; el sol no había avanzado un trecho muy grande cuando llegué a la estación de ferrocarril. La divisé, primero, desde muy lejos. Era enorme, gris, con forma de iglesia.
Al acercarme, observé que era un edificio de hierrro y de piedras; más que un edificio, parecía ser, en realidad, un enorme techo puntiagudo, apoyado de tanto en tanto en grandes y hermosas columnas metálicas. Estas columnas, lo mismo que el techo, estaba formadas por innumerables piezas pequeñas, atornilladas entre sí.
Bajo el techo -cuya armazón estaba buerta sólo en los bordes, por chapas enormes, acanaladas, pintadas de gris- había varias terminales de los que partían cantidad de vías, pares todos los paralelos entre sí, recíen a lo lejos se veía cómo se iba separando y tomando distintas direcciones, abiertos en abanico.
También cubiertos por el techo, pero bajo las chapas acanaladas, había numerosos edificios de piedra, seguramente oficinas.

Mario Levrero - La ciudad.

1 comentario:

g. dijo...

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Libros leídos de Levrero:
- La Ciudad.
- París.
- El Lugar.
- Dejen Todo en mis Manos.
- La Novela Luminosa.

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Todos (todos todos todos todos) me gustaron de una forma o de otra. Todos tienen momentos memorables de mi vida de lector. Levrero entro con su luz en mi vida de lector y allí quedo (Tengo para leer los otros dos que salieron).
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Este año se me va, se me va como agua entre los dedos. Y no lo puedo evitar, a pesar que de pena yo me muero... Ah, no era año, era cariño...
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Bueno... Ya nadie se ganó la Coca-Cola (a falta de mejor premio) y entonces digo que la última tanda de citas venía de una agenda del 2006, creo que era los escritores en el tiempo, o algo así. Que hace poco he reencontrado entre todos los malditos papeles (o papeles malditos) que había en mi lugar. Encontré la historia del payaso Pochocho -una idea de novela-; que era bastante paranoica y que todavía pienso que puede ser que pueda tener algún asidero en mi vida de tipo que escribe al pedo.
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A veces tengo ganas de perderme. Irme lejos, no volver. Pero es inútil negarla, viste. Pero sí, irme a lejos y quedarme allá. Encontrar asidero en el frío. Tal vez hacer la gran Walden. Irme al sur, a la zona de los lagos y los bosques, hacerme llamar Thoreau; que me digan al francés. Perderme para volver, total, estoy tan cerca de Walden. Y después volver para generar toda la La desobediencia civil...
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Ahí hay un par de libros que también podrían servir para navidad. Y me voy con mis libros, lejos y no volver. Aunque alguien me advirtió nunca dije que no.
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O ser como el Jacarandá.
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Cuántos errores de tipeo tiene el blog. Pero me dijo que los errores de tipeo eran una marca registrada del blog (blos, glob... golb, lobg, uf).
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Salta Lenin el Atlas.
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saltA lenin eL atlaS.
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Los boletos capicúa son palíndromos.
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kaput.
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Voy a escribir otra novela.
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