miércoles, 12 de noviembre de 2008

LVI. Camus

Pregunta: ¿Qué hacer para no perder el tiempo? Respuesta: Sentirlo en toda su lentitud. Medios: Pasarse los días en la antesala de un dentista en una silla inconfortable, vivir el domingo en el balcón, por la tarde; oír conferencias en una lengua que no se conoce, escoger itinerarios del tren más largos y menos cómodos y viajar de pie, naturalmente, hacer la cola en la taquilla de los espectáculos, sin perder su puesto, etc etc.

Albert Camus - La peste.

9 comentarios:

g. dijo...

Es algo así como una respuesta.
Algo así.

Luna dijo...

El tiempo siempre nos juega en contra. Demasiado poco o corto cuando somos felies o disfrutamos y lento cuando estamos ansiosos esperando al que amamos, aguardando un llamado, rogando que pasen los días para conseguir olvidar. Nada más subjetivo que el tiempo.

Anónimo dijo...

yo lo q te digo es q paso del tiempo...siempre me esta apurando...

Sabrina Konz dijo...

Un pequeño infierno, no?
El mito de Sísifo.

Dolores Eidán dijo...

Es extraño. El tiempo "se pierde?"

Igual, si así fuera, no creo que lo aproveche en esas situaciones: esperar turnos es la muerte.

(Amé la ventana del cuadro anterior)

te dejo un abrazo.

Eclipse dijo...

Prefiero "perder" el tiempo que las torturas de cuando este pasa demasiado lento sin poder disfrutarlo.

lexi dijo...

justo estaba x postear algo de camus!

genial!







abraxo!

Gustavo Pereyra dijo...

Herr G.: Sin ánimo de contextualizar, me permito continuar la titánica tarea iniciada por Mersault (padre) en vuestra cita:

* Esperar el 160 en Cáning y Santa Fe un sábado a las 3 am (adobar con frío y lluvia a gusto).

* Aguantar un 1-0 (gol a los 5 del primer tiempo) en Brasil en un partido de vuelta por copa libertadores.

* Saber que se viene la toma de lista un viernes a las 22.56 en la facultad.

* Alquilar cancha descubierta para las 19, y ver que el cielo se cubre de nubes neeeegras a las 11.25.

Javier dijo...

Alberto si que entendía de la indiferencia de la vida. Sus libros son una patada en los dientes del mas valiente... claro que yo no soy nada valiente, sino que tengo los dientes sensibles.

Te dejo un abrazo