viernes, 30 de enero de 2009

XCVIII. Platón.

(...) pues todas las grandes cosas son arriesgadas y, como suele decirse, las cosas bellas son en verdad arduas.

Platón - República

4 comentarios:

g. dijo...

EL VUELO (DE TU POLLERA)

Mientras como chocolate blanco Galak que compré de oferta porque el vencimiento se aproxima a pasos acelerados, porque el timpo no nos da tregua y siempre avanza; vuelvo sobre mis pasos.
Y el viento que sopla (Sopló y soplará) sobre tu cuerpo hace que tu pollera de colores extravagantes se junte a tus piernas. Esa pollera con esa tela tan fina, esa tela que parece papel crepe. Verde, digamos; aunque en realidad (La realidad nos juega malas pasadas) es de otros colores que ahora mientras como chocolate blanco que compré de oferta realmente no recuerdo qué color.
La pollera se junta a tus piernas y vuela como bandera a tu derecha. La muchacha camina tranquila, vos caminas tranquila. Seguis camino; y yo, digamos vengo por detrás tuyo.
Te miro y te admiro.
Sos hermosa. Pero mis ojos están puesto en tu pollera. Que vuela. La hermosa caída de tu pollera extrabagante, de tela simil papel crepe. Aunque cada tanto mis ojos negros siguen el vaiven de tu cuerpo. A cada paso cansino que das tu cuerpo bailotea en su punto justo. Te sigo, te miro la cola intentando hacer que la pollera sea de plástico trasparente para verte la bombacha (o la carencia de). Te intuyo algo muy pequeño debajo de la caída de tu pollera, algo muy chiquito y fácil de romper. De un tirón; sin sacarte la pollera; porque para eso tenés pollera, para que no te la saque (Sacartela).
Porque mientras te veo, y ahora te añoro con chocolate blanco en mi mano que me hace engordar tanto, pienso que la piel de la mujer tiene otro "gusto" al tocarla por debajo de la pollera.
Imagino mi mano que entra por debajo y la levanta (La pollera es muy larga, te llega casi a los tobillos). Juega tocandote las piernas por detrás, mientras mis dedos suben, lentamente hasta la rodilla, ahí apretan fuerte. ¿Suspirarás si hago eso? Mi mano ya llega hasta arriba, hasta tu bombacha (Que intuyo pequeña, infima, diminuta), y te toco los cachetes de la cola. Estás fresca, te pellizco, te acaricio.
Cuando estoy a tu altura, pienso que hablarte es algo grande. Y como tal, arriesgado. Sos una cosa bella, tal vez sólo pór el vuelo de tu pollera de papel crepe y por lo tanto sos ardua.
Y no tengo ganas de nada duro ni difícil en mi vida. Entonces te pasé mientras el viento hace que tu pollera se pegue a tus piernas.
Y yo camino, porque yo ya hice todo lo que quise con vos. Y no me gasté ni un poquito.

Jorgelina Mandarina dijo...

Y vos queres que comente de Platon, ahora?

Muchachito de ojos negros, de mirada perdida... Me encuentra en una madrugada entre jabones y velas aromaticas (que estoy haciendo yo) y con ganas, tal vez, de escuchar o exhalar suspiros. Suspiros de jueves devenidos en viernes, claro está.

Un abrazo fuerte, caluroso, digno de un Enero que se me escapa de las manos... Como la glicerina caliente del jabón... Como la parafina.

(platontienerazon)

Luna dijo...

Recuerdo haber leído por ahí que el amor da trabajo. Estoy de acuerdo, es algo en lo que hay que empeñarse a diario y poner mucho de uno mismo. También necesitan tiempo la elaboración de una obra de arte, una composición musical o la escritura literaria. Entonces pienso que aquellas cosas que llevan tiempo, son arduas o dan mucho trabajo son las únicas cosas en las que vale la pena invertir el poco tiempo del que disponemos en nuestras vidas.
Besitos

Habitarás mi ocaso dijo...

Me quede sorprendida por la confesion anterior sobre el chocolate... no puede durar tanto... besos