miércoles, 18 de marzo de 2009

CXXIV. Bukowski.

CAUSA Y EFECTO.

Los mejores a menudo mueren por
su propia mano
sólo para huir,
y aquellos que quedan atrás
nunca pueden entender
por qué alguien
querría
huir
de
ellos.

Charles Bukowski

5 comentarios:

g. dijo...

Hoy, entre lecturas, me di cuenta que siempre desde las nueve de la noche, cuando ando dando vueltas por casa, ando con el libro que estoy leyendo en la mano.
Aunque no lea, mi mano anda con ese libro. Y lo pongo en mi regazo si miro la tele... (Los martes me pasa que miro bones y lo pongo en la mesa, todos los domingos miro por HBO "True Blood", que me parece una genial creación de universo pero la historia no lleva a ningún lado, se pierde... y lo pongo en mi regazo).

Este poema me lo envió Eclipse ayer al mail, cuando yo ya había puesto a Unamuno. Así que ayer no pudo ser, pero es hoy.
El poema es bello; y hoy me dijo que si no tuvieramos un río (El río más ancho del mundo...) me lo hubiera puesto en un papelito y escondido en algún bolsillo para que lo encuentre en algún momento (Yo me quedé pensando en toda la plata que encontré así, cuando me lo dijo)... Y pensé que hubiera sido muy lindo, encontrar ese papelito en algún momento...

eMiLiA dijo...

Llevas los libros a cuestas con el cuidado que se le tiene a un hijo.
Yo hago lo mismo.

Un besoo

Gustavo Pereyra dijo...

Llevo los libros con cierta despreocupación. Pruebas de ello hay muchas: basta referirse a vuestra preciosa copia de Rayuela (by Cátedra) para encontrar un manchón verde-yerba.
De hecho, las marcas en los libros me recuerdan el(los) momento(momentos) en que fueron leídos.

Ah! Me empalagan los puntos suspensivos: "El sur" un domingo de verano yendo al oeste... "Circe" un jueves de primavera pasando por Gerli y saliendo del sur...

Eclipse dijo...

yo llevo el libro que estoy leyendo a donde sea que vaya, incluso cuando estoy segura de que no voy a leerlo. es una vaga costumbre que tengo desde hace algunos años, cargar con libros y luego apilar más de uno en la mesa de luz.
leía a bukowsky en el ómnibus. lugar que puede ofrecer paralelismos con la poesía de bukowsky.
siempre me ha generado cierta ambigüedad este poeta, no sé si llamar poesía a lo que escribe y en el fondo, aunque me cueste reconocerlo, me gusta. puedo asquearme y putearlo y, de pronto, dar vuelta una página y encontrarme con un poema como este.
que dan ganas de escribir en un papelito y meter en el bolsillo de alguien.

Anónimo dijo...

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saludos

Diego