sábado, 17 de abril de 2010

CCXCVI. Darío.

El nacimiento de la col.

En el paraíso terrenal, en el día luminoso en que las flores fueron creadas, y antes de que Eva fuese tentada por la serpiente, el maligno espíritu se acercó a la más linda rosa nueva en el momento en que ella tenía, a la caricia del celeste sol, la roja virginida de sus labios.
- Eres bella.
- Lo soy -dijo la rosa.
- Bella y feliz -prosiguió el diablo-. Tienes el color, la gracia y el aroma. Pero...
- ¿Pero?...
- No eres útil. ¿No miras esos altos árboles llenos de bellotas? Ésos, además de ser frondosos, dan alimento a muchedumbres de seres animados que se detienen bajo sus ramas. Rosa, ser bella es poco...
La rosa entonces -tentada como después lo sería la mujer- deseó la utilidad, de tal modo que hubo palidez en su púrpura.
Pasó el buen Dios después del alba siguiente.
- Padre -dijo aquella princesa floral, temblando en su perfumada belleza-, ¿Queréis hacerme útil?
- Sea, hija mía -contestó el Señor, sonriendo.
Y entonces vio el mundo la primera col.

Rubén Darío - Cuentos Completos.

2 comentarios:

g. dijo...

Estoy muy enojado como para decir cosas que tengan sentido acá.

Eclipse dijo...

(¡qué votación tonta! ralmente creés que algún lector va a querer que lo cierres? no te autosabotees)

La rosa convertida en col... realmente todo tiene que ser útil? no, claro que no. o no en cuestión de funcionalidad específica o inmediata. existiría el arte, si no?
el arte es útil?
una lástima que estés enojado, esperaba un interesante comentario luego de esta cita.

besos muchos.