sábado, 8 de noviembre de 2008

LIV. Tolstoi

Uno teme a la incertidumbre. Se nos ha dicho mil veces que el alma se va al cielo... Pero nosotros sabemos que no hay cielo, sino una atmosfera.

Leon Tolstoi - La Guerra y la Paz

6 comentarios:

g. dijo...

Una hermosa noche para andar y andar, sin parar, perdiendose en las palabras que uno escucho, en las palabras que uno suelta. Que suelta porque tiene que soltarlas, en la noche, las amistades se aferran como cadenas.

Y, cuando uno mira el cielo nocturno. Tiene dos posibilidades, verlo negro, oscuro. O verlo azul oscuro, como se ve de a ratos. Yo hoy en la puerta de mi casa, levanté la vista y lo vi azul oscuro.

Por un segundo me sentí el Principe Andres, en ese momento en que herido en la batalla mira el cielo y piensa, piensa profundamente. Antes de ver a Napoleon, aunque no lo ve él, estaba convaleciente.

Yo sabía que por algún lado tenía alguna cita de la guerra y la paz. La encontre en el cuaderno amarillo.
Pero ese libro también tiene otras implicancias. Es el libro más largo que he leído (Seguido de cerca por El arco iris de gravedad) y uno de los más hermosos. Si no me fallan los calculos las 1900 hojas las leí en 19 días; o algo así.
Un verano caluroso, el primer verano con ella.

Este libro fue uno de los primeros libros que me regalo. Entonces, entre la charla, el cielo y la cita redondeo lo que estaba pensando. En ella.
Y en estos días van a hacer (O han sido, depende como los contemos) cinco meses que el trato es lejano y esquivo. Cinco meses de los más difíciles que he tenido en mucho tiempo.
Siempre que algo acaba, y uno no quiere que acabe, es difícil. Y yo nunca quise, he luchado por cambiar algo la situación pero en un punto creo que si lo hubiera logrado, no hubiera sido bueno.

Pero estoy bien, no estoy perfecto y todavía la extraño mucho. Sinceramente, pero luego de chocar varias veces contra una pared, hay que dejar de intentar chocar. Y se la puede esquivar o trepar. Yo, todavía, estoy mirando la pared. Siempre fue una hermosa pared.

Yo le debo mucho a ella, sinceramente. Soy mucho mejor persona, o me siento mucho mejor persona, luego de haber pasado cuatro años geniales junto a ella. Y en 27, cuatro años tal vez no son tanto, pero sí se sienten una eternidad.

Y cuando yo estaba leyendo la guerra y la paz, ella estaba leyendo los karamazov, así que hablabamos en ruso. Recuerdo que en ese verano, mis viejos no estaban, y nos veíamos cada dos días. Una vuelta, hablamos de estas dos novelas en Munchi´s de Lomas. Tomando helado los dos, lo cual es raro, yo no soy muy afecto al helado. Es un muy bello recuerdo.

También en esos días yo me mande una macana el 14 de febrero. No le dije nada ni de ese día de los enamorados, ni nada. Ella se enojo, casi me manda a la mierda ese día. Su madre consiguió trabajo ese día creo. Eran días difíciles porque nos llevabamos bien pero había muchas rispideces entre nosotros.
Yo andaba raro, la quería, me estaba enamorando pero no se lo decía, y me lo negaba. Y sí, me estaba enamorando... No se puede negar mucho ese sentimiento.

La madre me preguntó una de las últimas veces que la vi, si recordaba el momento en que me había dado cuenta que estaba enamorado de ella. Salí de esa situación con respuestas chistosas y evasivas. Yo nunca realmente lo supe. Lo que sí sé, es que desde el primer momento que la vi; en una baranda en un cine, yo me sentí cómodo con ella. Desde las primeras charlas que tuve con ella yo me sentí como en casa. Y creo que desde siempre la quise, pero el amor, esa palabra; fue creciendo poco a poco.

Sí.
Siempre me sentí como en casa con ella, por eso a veces siento que tengo que holgar un hogar, en otro lado, para sentirme comodo.

Por lo menos estoy bien, mucho mejor de lo que estaba cuando fue creciendo este blog. Si ustedes supieran la cantidad de metamensajes que hay aquí. Se reírian del contexto.

Yo todavía la leo. Cada tanto me agarran dudas si ella me lee, pero cada tanto me llegan indicios que sí.

Es una noche especial esta. Es hermosa. Y yo creo que ella cree en el cielo, mientras yo sé que sólo hay atmosfera. Ella era romantica y yo realista; todo se nos vino abajo en el momento que los roles cambiaron.

Bueno.
Tal vez es una explicación; y todo viene de una charla. Como todo, de una charla y del cielo.

Qué más se puede pedir.
Yo sé, pero no vale la pena.
Mañana tengo que madrugar... Uf.

Anónimo dijo...

la atmosfera es azul, dependiendo de que estrellas la habiten...que estrellas vemos ahi...en que persona estamos pensando


Con respecto a la guerra...lo que sucede es que uno no la cree porque los dicen lo de las almas en los cielos, son los mismos que hacen elevan oraciones a la guerra.

Dolores Eidán dijo...

De incertidumbres se compone la vida.

Y ahora que lo pienso, no sé si trepar la pared, saltarla, traspasarla, escribirle un grafitti o quedarme mirándola un rato más.

(Preferiría simplemente que no estuviera más ahí)

eMiLiA dijo...

Vaya que has dado una perfecta muestra de elocución catártica!

Me ha gustado más tu propia firma contextualizadora de la cita que las palabras de Tólstoi. (Sabrá disculparme)

Mucho de lo que decís se me torna familiar, pero por encima de todo ese sentimiento de lucha que sobrevuela el texto.
Esa necesidad de saber, de leer al otro (literalmente hablando, en este caso) esa búsqueda eterna de mensajes con su respectiva interpretación. Ese deseo de creernos leídos.

Demasiado especular ese pasaje.



Si, claro que me curaré (nos curaremos). Quizá no tan pronto como él que vive en la salud, pero bueh...


Un beso!

Javier dijo...

Una atmósfera.... hmm.. espero que no sea como la nuestra, que tan rota y descuidada está. En el peor de los casos creamos en el infierno, que al menos es un lugar y está bastante cerca.

Un abrazo,

Eclipse dijo...

tememos lo que no podemos explicar, también. Los adioses que no podemos explicar son funestos, horrorizantes.
Y de la guerra... sólo se me ocure decir que me canso de pelear guerras que yo no he creado y en las que mueren siempre los mismos.
mister yi, se me suma a la lista esa de palabras envidiables a mujeres desconocidas.
ánimo, todo pasa.