Aquella noche hacían cola los sueños, queriendo ser soñados, pero Helena no podía soñarlos a todos, no había manera. Uno de los sueños, desconocido, se recomendaba:
-Suéñeme, que le conviene. Suéñeme, que le va a gustar.
Hacían la cola unos cuantos sueños nuevos, jamás soñados, pero Helena reconocía al sueño bobo, que siempre volvía, ese pesado, y a esos otros sueños cómicos o sombríos que eran viejos conocidos de sus noches de mucho volar.
-Suéñeme, que le conviene. Suéñeme, que le va a gustar.
Hacían la cola unos cuantos sueños nuevos, jamás soñados, pero Helena reconocía al sueño bobo, que siempre volvía, ese pesado, y a esos otros sueños cómicos o sombríos que eran viejos conocidos de sus noches de mucho volar.
Eduardo Galeano- El libro de los abrazos
12 comentarios:
Enviada por Cloe.
(Hay una, o dos, más en el baúl, si quieren, todavía restan tres, o dos)
Uff, noches plagadas de sueños bobos. Creo que me los manda Helena.
Un abrazo!
Que bueno pero que aburrido si se pudieran elegir los sueños...
La genialidad de Galeano, cuando no!
Ese libro es lo mas de lo mas!
recuerdo citas mejores de ese libro, pero sin duda esa es simpática
helena es simpática, cómo no!
Los sueños haciendo cola... una imagen hermosa. Y la genilidad de Galeano.
Besos
Siempre tenemos uno de esos que se empecinan en ser soñados.
Abrazo
Sueños bobos tengo al por mayor.
Saluditos
Muy bueno!!
Tengo una imagen para tu convocatoria.
Saludos
Extraño tanto ese libro.
Prestar y no devolver es PECADO.
Saludos, G.
...que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Un sueño que quiere estrenarse. Será de los buenos?
Saludos
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