viernes, 23 de julio de 2010

CCCLIX. Biely.

No había nada que le gustara más que una avenida rectilínea. Una avenida rectilínea le recordaba el devenir del tiempo entre dos puntos concretos de una vida cualquiera; pero también otra cosa: que las ciudades rusas no era más que amasijo de casuchas de madera, a exepción hecha, claro está, de Petersburgo, que en este aspecto se diferenciaba palmariamente de todas ellas.

Andréi Biely - Petersburgo.

1 comentario:

g. dijo...

----
Dos novelas se me vienen a la cabeza al momento de hablar de libros que me partieron la cabeza este año de la veintena (Tengo el número en la cabeza) de libros que leí.
----
Pálido Fuego y Petersburgo.
----
Tengo tres gráficos hechos de esta novela. Están hechos a lápiz y en donde van los nombres están las iniciales. Pero los graficos son:
----
A- El desarrollo de la novela con el centro de N.A.A. -iniciales-.
B- El recorrido del hatillo.
C- El recorrido de la carta.
----
A- es la acción; pero B- y C- están relacionados entre ellos, y son el problema esencial de la novela.
----
De fondo hay dos cuestiones en la novela. La Revolución Rusa de 1905 -previa ala Revolución de Octubre- y la ciudad de San Petersburgo -especialmente la Avenida Nevsky, calle Moika y las islas-.
----
La cita es de muy al comienzo en la novela. Al principio la ciudad tiene más vida y luego, la vida que tenía la ciudad, se la van arrebatando los personajes y las acciones.
----
El tiempo está quebrado en la novela. Son 10 días de acción. El narrador juega muy bien con las acciones. Quiebra los episodios en los capítulos, y va haciendo unas mamushka en donde a veces ves una parte y luego podes ver a la de adentro. El tiempo en la novela, es lineal, porque el tiempo es lineal. Pero el narrador lo quiebra a su antojo y nos muestra a nosotros las acciones que el quiere.
----
El narrador sería otro personaje, el narrador juega también con el lector. Al hecho de esconder y recordar cosas en el camino. El narrador había perdido a Anna Pavlova en el camino, y la hace resurgir por el final. Y él te lo confiesa. Pero deja también algunos puntos grises, grises. Pero si estas despierto muchas hojas más atrás, con un suspiro, le da algo de luz.
----
Está llena de juegos de palabras en ruso. Y la traducción es atinada al mostrarlas -en un hermoso cirílico-. Por supuesto, que en la distancia entre los idiomas los juegos de palabras se pierden.
----
718 hojas en la edición de Akal. Una novela genial, escrita en 1913-14. Actual, pero en cierto punto está el quiebre -que también lo he leído en, por ejemplo, La Montaña Mágica- entre el Siglo XIX y el XX. En 1905, todavía había gente del XIX y muchos jovenes que son del XX. Se nota el quiebre entre unos y otros. Los paradigmas cambian, están los zaristas y los del Partido -sin nombre-. El quiebre en Rusia fue feroz, por muchas razones.
----
O por lo menos así lo vi -leí- yo. Pero yo pongo las manos en el fuego por la genialidad de esta novela, y me pongo en la agenda, buscar nuevas novelas de este autor -Que estaba casado, encima, con una pariente de Turguéniev.
----
Nada más por hoy. La cita de mañana, es GE-NI-AL -Hasta quebramos diptongo para eso.
----